El primero de noviembre, se realizó en el Centro de Convenciones José Eustasio Rivera el primer día de la feria del libro Filvoragine. Durante este evento se realizó un sentido homenaje a Cecilia Repizo, la docente de Lengua Castellana que enseña a amar a los libros y el mundo que ellos crean.

Por: Carolina Díaz, periodista Suregión

Para homenajear a esta gran docente, académica y profesora de la Universidad Surcolombiana, durante el evento se presentó un video con sentidas palabras dedicadas a Cecilia Repizo, destacando su carrera y su labor al enseñar a amar los libros, en una sociedad cada vez más digitalizada que pareciera que va apartando de a poco un hábito tan importante en la cultura.

Luis Soriano, creador de Biblioburro, y Cecilia Repizo, docente y fundadora de la Biblioteca Infantil Juan Sábalo

También se reprodujeron audios que contenían palabras dedicadas a Cecilia, entre los cuales publicamos las pronunciadas por el escritor huilense Marcos Fabián Herrera:

«He conocido bibliófilos y amantes de los libros que asumen la relación que se teje con los preciados objetos de hojas, solapas y lomos de forma religiosa y no pocas veces fetichista. Estos se ufanan de poseer ediciones inconseguibles y atesorar incunables. Aunque respetable, dicha fascinación creo que inevitablemente deriva en una de las formas del egoísmo intelectual y la aristocracia libresca. Son excepcionales las personas que tienen por oficio enseñar a amar a los libros y formar lectores. A dicho linaje singular y naturaleza atípica, pertenece Cecilia Repizo.

En tiempos en que la academia se desboca en la insufrible citación de ilegibles papers, con paciencia de cartuja, Cecilia profesa y difunde el afecto por los clásicos y la pasión por la lectura serena. Valiéndose de audaces y creativas estrategias, ha diseñado rutas literarias para apropiar con vivencias libros canónicos de la literatura colombiana como La María de Jorge Isaacs y La Casa Grande de Álvaro Cepeda Samudio. Esta experiencia ha sido elogiada por escritores como Fabio Martínez y Antonio Orlando Rodríguez.

Ella no ha profanado el placer silencioso de la lectura con los resúmenes técnicos y los esquematimos de las teorías. He sido testigo de excepción de la forma en que Cecilia hechiza a jóvenes cuyo único contacto con las letras eran los recibos y los factureros para luego verlos convertidos, con la magia de la pedagogía generosa, en ávidos lectores de poesía, cuento y novela.

¿Existe en el mundo algún premio que celebre la paciente formación de lectores? No lo conozco, pero de llegar a crearse, ese certamen no debería llevar un nombre distinto al de Cecilia Repizo..

MARCOS FABIAN HERRERA, periodista y escritor huilense«

Cecilia Repizo recibiendo flores durante su homenaje

También obtuvimos las palabras que le dedicó Fabian Martínez, profesor de la Universidad del Valle, a la querida docente Cecilia Repizo, las cuales reproducimos a continuación :

«Cecilia Repizo ha tenido dos pasiones. La pasión como maestra y su pasión por la literatura. Como maestra formó miles de jóvenes, y los cautivó para siempre para la literatura Colombiana. Cecilia no era la maestra tradicional que se paraba frente a un tablero para dictar su cátedra. Desde un comienzo comprendió que la literatura no sólo se encuentra en los libros. Se encuentra, así mismo, en el viaje.

Fue así como yo la conocí en Cali. Ella llegó con un grupo de 40 estudiantes, que agotados pero feliz, desembarcaron en la Universidad. A qué venían la profesora Cecilia y los estudiantes de la Universidad Surcolombiana? Venían a seguirle las huellas de don Jorge Isaacs, el autor de María.».

Luis Soriano y Cecilia Repizo durante el conversatorio en Filvoragine

Cecilia agradeció a todos sus conocidos que estaban en el espacio, comentando que ella no se vé en otra situación y lugar que no sea con libros y llevando el amor por la lectura a los demás. También comento que la Biblioteca infantil Juan Sábalo nació con la intención de llevar a los más chicos la lectura y enseñarles que la misma les permite leer todo en la vida, desde los colores hasta las sensaciones.

[…] La lectura le permite a uno leer todo, leer los olores, leer los colores, leeras sensaciones. Uno lee todo […]

Cecilia Repizo, docente