El verano prolongado y las altas temperaturas podrían tener un impacto devastador en los caficultores, quienes enfrentarían pérdidas significativas en sus cosechas, lo que a su vez afectaría sus ingresos y la estabilidad económica de la región.
Por: Maryori Omen Becerra
Estudiante de Comunicación Social y Periodismo, Pitalito.
Frente a las olas de calor que se presentan en el país, recientemente el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), a través de sus redes sociales, indicó que el fenómeno del niño se ha pronunciado con fuerza en el territorio colombiano, con consecuencias como la presentación de sequías e incendios forestales; por otro lado, indicó que las perspectivas que se tienen es que para los meses de abril y junio del presente año las temperaturas que estamos presenciado se regulen o normalicen.
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A partir de lo anterior, las realidades que ahora se presentan para el sector cafetero, en relación con la temporada de calor, no son del todo favorables y aún más cuando se habla que la población campesina mueve el país con su trabajo avícola, agrícola, caficultor entre otros.
Por medio del diálogo y exploración a distintas zonas veredales del municipio de Pitalito (Huila) se logró evidenciar las diferentes perspectivas de algunos caficultores frente a la producción, el cuidado, manejo y alternativas de protección que se le da al cultivo en esta temporada de calor. A través de sus opiniones fue posible identificar diversas características de la situación que se vive en estos sectores, como también aspectos en común que se destacan de este trabajo y labor del campo.
¿Qué opinan los caficultores del municipio de Pitalito frente a las olas de calor en relación con la producción y mantenimiento de sus cafeteras?
Yolanda Cifuentes, de la Vereda San Adolfo, considera que en los últimos meses y días ha existido un cambio drástico en el clima, cuyo impacto ha recaído en la cosecha; del mismo modo, señala que la “flor”, por falta de lluvia, no germina y cae, pero la que logra germinar queda “vana”, por lo que económicamente se está perdiendo mucho, por la mala calidad y poca productividad, llegando hasta un 60% de pérdida debido a que se va en pasilla y se rescata solo el 40% (en ocasiones menos porcentaje).
Una alternativa que está implementando la señora Yolanda para atender sus necesidades económicas es empezar a cultivas otro tipo de planta como lo es la ahuyama, porque crece más rápido y es más resistente al calor, lo que la hace más fácil de controlar en su producción.
Hernando Omen, de la Vereda Honda Provenir, manifiesta que la producción de café es el sustento de muchas familias, pero con las olas de calor se han visto afectadas tanto en calidad como en preproducción. Esto les ha llevado a vender lo recolectado del cultivo como pasilla, lo que significa una reducción económica; un ejemplo que pone en conversación es que en muchos sectores donde el clima es más caluroso, se ha llegado al punto de corte y finalización de dichos cultivos, esto relacionado también a la falta de recursos para abonos y sostenimiento de los mismos.
Jesús Males, de la Vereda Miravalle, expresa que los cultivos de café, en relación con el calentamiento global, han presentado diversas plagas como la roya, broca, chamusquina, araña roja, entre otras, con lo que afectaría a futuro económicamente si siguen las olas de calor, además indica que el café requiere muchos abonos y más en temporadas como estas en las que el café se vuelve propenso a no prosperar, como sí lo haría en un ambiente de calidad.
Yamile Males, de la Vereda Resinas, mencionó algunas medidas que podrían ser útiles para la zona cafetera, la producción de café, y toda la población en general, con el fin de mejorar la calidad del campo y de vida: sembrar árboles, cuidar las fuentes hídricas, no arrojar basuras, ser conscientes y cuidar los bosques evitando quemas que puedan provocar incendios, entre otros.
Neidy Montero, del Corregimiento de Chillurco, afirmó que en los últimos meses se experimentó una intensa ola de calor, con una notable ausencia de lluvia durante muchos días, e incluso meses; al igual, señala que el café como cultivo afectado por el calor maduraba, pero al momento de su recolección se encontraba completamente seco. Como una alternativa para combatir el calor, Neidy expresó que se tuvo que implementar dispensadores de agua en las cafeteras para que las plantas de café pudieran sobrevivir y soportar las altas temperaturas.
Las anteriores opiniones reflejan la crisis que enfrenta el sector cafetero debido al cambio climático, como también la necesidad de tomar medidas urgentes para adaptarse a estas nuevas condiciones y mitigar sus impactos negativos tanto en la economía como en el medio ambiente.
En este contexto, es fundamental hacer un llamado a los gobiernos, entes encargados, organizaciones internacionales y a la sociedad en general para que se tomen medidas urgentes y apoyar así a las comunidades cafetaleras en su adaptación y procesos de afectación debido al cambio climático. Todo lo anterior con el fin de desarrollar políticas y programas que incentiven la diversificación económica (alternativas) en el sector agrícola, como también la implementación de prácticas de conservación ambiental que protejan los ecosistemas vulnerables y fortalezcan la capacidad de adaptación de las comunidades locales.
Campesinos y autoridades ambientales coinciden en la importancia de reconocer y abordar las causas del cambio climático, como las emisiones de gases de efecto invernadero y la deforestación, tomando medidas de mitigación a nivel local y global; sin embargo, solo con un enfoque colaborativo, colectivo e integral de la sociedad se podría enfrentar eficazmente los desafíos planteados por el cambio climático y construir un futuro más sostenible y equitativo para todas las personas, incluidas las que dependen del café para subsistir.
Imagen yuxtapuesta: Yeimi Mariana Martínez, y, Neidy Montero.