El escritor neivano Pablo Emilio Escobar Polanía nos ofrece a los lectores por primera vez en formato de libro una selección de sus mejores relatos y cuentos, titulada Mientras Tomamos Tintico. La reseña crítica que publicamos de nuestro colaborador Juan Carlos Acebedo, sirve de prólogo al libro que se presentará el 20 de Abril, a las 4 pm, en el tercer piso del Centro Comercial San Juan Plaza.

Por: Juan Carlos Acebedo *

El escritor neivano Pablo Emilio Escobar Polanía, a la altura de sus 68 años de edad, nos ofrece a los lectores por primera vez en formato de libro una selección de sus mejores relatos y cuentos, varios de los cuales habían circulado en cadenas de Whatsapp y portales digitales durante la pandemia del Covid-19  y los años posteriores. Escobar Polanía ya se había abierto un lugar en las letras huilenses desde el año 2015, cuando publicó una memoria del surgimiento, el auge y la atroz campaña de exterminio de la Unión Patriótica en el departamento del Huila, en la que honró la vida de sus compañeros de lucha política. Luego vendría otro texto de ensayo histórico y político sobre la colonización armada en El Pato y una recopilación de artículos de varios autores sobre el dirigente político de izquierda Ramón Tovar Andrade, con ocasión del centenario de su nacimiento. Con su cuarto libro: Tomémonos un tintico,  podemos apreciar sus dotes especiales como narrador de ficción, que reelabora parte de su experiencia como veterano líder político y social de izquierda, a la vez que recupera facetas humanas de algunos de los personajes que conoció en su trasegar, y explora otras dimensiones de la realidad que sólo la literatura y la ficción permiten auscultar. 

El nuevo libro de Escobar Polanía se compone de catorce textos, entre relatos y cuentos de variada extensión, y está dividido en dos partes, cada una de las cuales se compone de siete textos. En la primera parte, titulada  Monar, un alma de dos, reúne los cuentos inspirados en la compleja vida del padre Munar, un personaje histórico  que encarnó en su vida las tensiones que afrontaron los huilenses durante el periodo de la violencia liberal-conservadora de las décadas del cuarenta y cincuenta del siglo anterior, y años después su evolución en formas de insurgencia armada de izquierda. Aunque Escobar Polanía realizó una juiciosa indagación documental sobre aspectos de la vida del padre Jesús A. Munar Plazas, al escribir sus textos optó por las libertades creativas que le permitía la ficción, y con una leve modificación del apellido del personaje histórico, construyó su personaje de ficción al que apellidó Monar. De este modo, la ficción le permitió ahondar en las dimensiones humanas y culturales de estos hechos históricos y del personaje que los encarnó, ofreciéndonos a los lectores otro lugar de observación y de experiencia subjetiva que enriquecen nuestra visión de la realidad. 

La segunda parte del libro, titulada con los versos de Machado: Caminante, son tus huellas el camino, se ocupa de personajes y circunstancias de la vida popular urbana en Neiva ( Las lavanderasDe pesca con el tío Macario),  o bien de protagonistas de las luchas políticas y de resistencia en el campo popular ( Hilachas, Zapatero remendón), que ahora son escrutados  de un modo tal que sus rasgos de carácter y sus actuaciones públicas y privadas permiten matizar y comprender, desde el punto de vista humano, su paso por la historia regional y los significados más hondos de su esmerada  y a menudo trágica  existencia. 

Pablo Emilio Escobar Polanía, es uno de los hijos de un maestro de obra y una ama de casa – Don Adriano y doña Abigail–  , y participó con su familia en la fundación del Barrio Las Granjas de Neiva en los años sesenta. En esos primeros años acompañó a su mamá a lavar la ropa de la familia en las riveras del Río Ceibas, hasta que se construyó el acueducto y el alcantarillado en su barrio. Años mas tarde habitó  en el barrio La Libertad –en la misma casa en la que vivió años atrás el novelista Humberto Tafur Charry, a quien lo unen otros rasgos comunes–, que había surgido con las luchas de desplazados por la violencia en los campos que llegaron a Neiva y los destechados que buscaban una vivienda propia donde cobijar a su familia. 

Escobar Polanía, de regreso de sus intensas luchas juveniles como militante de izquierda y exconcejal de Neiva por cuatro años, ha sopesado y reelaborado en su madurez muchas de sus experiencias personales, familiares y comunitarias para escribir sus relatos de ficción, en los que ese mundo y esa sensibilidad populares se recrean de un modo admirable. Llama la atención el conocimiento hondo por parte del autor de la evolución histórica y urbanística de la ciudad de Neiva en la segunda mitad del siglo veinte, así como  la descripción realista de las jornadas de pesca familiar en el río Magdalena y sus afluentes, el conocimiento de las especies de peces nativos y de las técnicas populares de pesca, como expresión de una cultura ribereña asociada al afluente que los indígenas llamaron Huancayo o Yuma.

En el breve relato titulado Hilachas, el autor tomó como base de su texto de ficción la experiencia con la enfermedad del Alzheimer de su maestro y amigo en las luchas partidistas de izquierda, el dirigente comunista Ramón Tovar Andrade. Muchas veces Escobar Polanía le pidió a don Ramon que dedicara un tiempo a poner sobre el papel las memorias de su vida y de sus experiencias de más de seis  décadas como líder social  y político de los neivanos, antes de que el olvido implacable y la muerte sepultaran esos valiosos recuerdos. Pero don Ramón fue ante todo un hombre de acción y un líder de masas, y no dedicó tiempo a escribir esas remembranzas. La enfermedad del olvido que lo afectó en su vejez, no era otra cosa que una honda ironía del destino. Durante los últimos cuatro años en los que Ramón Tovar fue elegido como concejal de la ciudad de Neiva (1988-1992), de los dieciocho años consecutivos en que llevó esta dignidad por elección popular, Pablo Emilio Escobar Polanía actuó como suplente suyo en el Concejo, y ante el progreso de la enfermedad cada día más incapacitante de don Ramón, su discípulo ejerció como Concejal la mayor parte de ese cuatrenio. 

Cuando falleció don Ramón Tovar en 2004, Escobar Polanía escribió un texto de cuarenta páginas titulado Venciendo el olvido, todavía inédito, en el que narró en primera persona, en la voz de don Ramón recreada por su discípulo, las experiencias de vida del dirigente social neivano hasta la década de los años setenta, que le había escuchada en largas horas de conversación y de bregas compartidas por el bien común. Y en el centenario de su nacimiento en 2023, Escobar Polanía publicó en homenaje al maestro una recopilación de textos de varios autores, titulada Ramón Tovar Andrade: su vida, su ejemplo revolucionario. Retazos de una memoria riquísima que se va desgranando con el paso del tiempo y el progreso de la enfermedad del olvido: tal es el tema de este relato corto (Hilachas) que se basa en la técnica del monólogo interior. 

Por su parte, en el relato Zapatero remendón se recrean en la ficción aspectos de la vida real de Bernardo Arboleda, de oficio zapatero y de convicciones comunistas, que llegó a Neiva en su juventud procedente del eje cafetero, y con los años devino el principal dirigente del comité regional del Partido Comunista en el Huila en ese periodo. Ya anciano y con su salud mental deteriorada,  Arboleda murió atropellado por un auto en las calles del centro de Neiva, cuando energúmeno perseguía a algunas personas que lo provocaban llamándolo “anticristo”, debido a su excéntrica devoción por el “padrecito Stalin”, cuyo retrato llevaba tatuado en su brazo y adornaba las paredes de su humilde zapatería. 

El lugar de la ficción

En los primeros años del presente siglo, cuando Escobar Polanía se aproximaba a los cincuenta años de edad, experimentó una honda crisis personal: estaba insatisfecho con la vida que estaba llevando como dirigente político, y sentía desazón sobre lo que serían los años por venir; de contera, su matrimonio de tres lustros se había venido a pique recientemente. Por donde mirase, todo en su vida estaba patas arriba. ¿Qué hizo? Reflexionó mucho, en soledad, evaluó su vida, pensó en aquello que había valido la pena y en lo que no, y al cabo se sentó a escribir un cuento breve, en el que trató de exorcizar su angustia y sus emociones. Al terminar ese cuento, su primer cuento, se sintió mejor, con ánimos de seguir adelante con la existencia. Se lo dio a leer a un amigo que también transitaba por los caminos de la literatura de ficción, y después de leerlo este le hizo algunos reparos. Escobar pensó que quizá su cuento había cumplido una función catártica en su vida, pero que no le abría un camino que valiera la pena explorar por su cuenta, y lo guardó. Todavía permanece inédito. Ni siquiera quiso incluirlo en su primer libro de ficción. 

La anécdota, además de ilustrar los avatares de la vida de un escritor que se resuelve a poner a prueba sus capacidades literarias en una edad madura, es útil para dilucidar la función y el lugar de la ficción en nuestras vidas. Hay ámbitos recónditos, complejos, de nuestra vida personal y de la vida colectiva, que escapan al examen de la historia y de las ciencias sociales. Para arrojar luz sobre esos parajes, en los que se agitan los sueños, los sentimientos, los impulsos psicológicos, las pasiones humanas, necesitamos de lámparas muy sutiles y a la vez potentes, necesitamos de las ficciones, de la literatura. 

Quizá por ello, cuando Pablo Emilio Escobar Polanía estuvo largamente recluido en su casa durante la pandemia del Covid-19, como lo estuvimos todos, volvió a explorar esa vocación suya de contador de historias, de lo cual resultó la serie de cuentos basados en el Padre Munar, que se incluyen en la primera parte de este tomo. Y luego prosiguió con los demás relatos y cuentos breves que componen este libro. Escribir estas ficciones, le ha permitido ampliar su repertorio expresivo, desarrollar temas e historias que no encontraban un espacio en los géneros del ensayo histórico o político que había cultivado, o que si bien están muy relacionados con sus textos de no ficción, reclamaban otro tratamiento formal, otro modo de manifestarse en el lenguaje. 

Con los ojos abiertos

Quienes hayan leído los textos de análisis histórico y político que ha publicado Escobar Polanía, quien es miembro de número de la Academia Huilense de Historia, podrán advertir que en sus cuentos y relatos el lenguaje que utiliza se enriquece en matices y vocabulario, en vívidas y precisas descripciones de personas y situaciones, en sugerencias y ritmos. El autor ha disfrutado desde su juventud de la lectura de los novelistas y cuentistas rusos: de Chéjov y Tolstoi, de Gorky y Sholojov. Y entre los americanos ha leído con fruición a Poe y a Rulfo, a García Marquez y a Ciro Alegría. Se interesa, ante todo, porque sus relatos den cuenta de situaciones y personajes que estén enraizados en nuestras experiencias y paisajes, que reflejen una honda verdad humana y social con la cual podamos identificarnos. 

La literatura huilense se enriquece con el aporte de las ficciones de Pablo Emilio Escobar Polanía, que reelaboran y decantan hondas experiencias humanas procedentes del mundo popular urbano y de las luchas sociales y políticas de los sectores sociales subalternos. Esa cultura política de la protesta y de la resistencia, que atraviesa la historia huilense durante el presente siglo y el anterior  – y que hunde sus raíces más lejos en el tiempo en la brega de los liberales radicales en el siglo XIX y en la figura legendaria de La Gaitana durante la conquista española-, ha sido objeto de sistemáticos intentos de anulación, estigmatización y  aislamiento. Ha  llegado la hora de abrirle las puertas a esta cultura de la insumisión y permitir que se exprese, que circule y que dialogue con otras vertientes de la cultura política democrática regional y nacional. Tal es el significado de la obra ensayística y de la nueva obra de ficción de Escobar Polanía, y la importancia de la labor del sello editorial de la Fundación Utrahuilca, que ha posibilitado en la última década  la publicación y divulgación de la obra este autor indispensable, que en la  madurez personal e intelectual de sus casi siete décadas de existencia intensamente vividas, nos viene ofreciendo los productos escritos de su creación literaria  y ensayística, para que nos conozcamos mejor a nosotros mismos y sigamos construyendo aquellas identidades que nos permitirán encarar el futuro con los ojos abiertos. 

*Juan Carlos Acebedo. Escritor, periodista y profesor universitario. Miembro del Comité Editorial de la revista literaria La Musa Sonámbula. 

Al finalizar el cuento Se Acabó, que cierra la serie de siete cuentos sobre el padre Monar, del escritor huilense Pablo E.Escobar, y cuyo enlace añadimos a continuación, el lector encontrará los enlaces a los otros seis relatos publicados también en Suregión sobre el mismo personaje en 2021 y 2022. Estos cuentos conforman la primera parte del libro Mientras tomamos tintico.

Neiva, 31 de enero de 2024