En la última semana de Mayo de este año se ha llevado a cabo el traslado del monumento al Mestizaje, ubicado en el lugar en el que se encuentran la Carrera 2 y la Avenida 26 de Neiva, con motivos de la construcción del intercambiador vial, contemplado en el proyecto del Sistema de Transporte Estratégico de Neiva.

Por: Luis Carlos Prohaños, periodista SuRegión

De cierto modo, a Neiva la cuentan sus monumentos. Ellos narran, por si mismos, una cultura propia, que ha sido el resultado de procesos históricos, de mezclas con otras culturas y una exaltación a lo acontecido en el pasado como una fórmula contra el olvido. Ellos cuentan una historia. A pesar de sí misma y de su letargo, la ciudad tiene un recorrido amplio de colecciones, por sus paisajes urbanos, que reflejan las creaciones artísticas de sus máximos exponentes: es el caso de Neiva, Ciudad Villamil, una serie de obras, atomizadas por todos los puntos cardinales, que recuerdan y exaltan la obra del Compositor huilense.

Asimismo, el recorrido de las representaciones implica un relato histórico de lo que ha sido la conformación de una sociedad en la  que el vaivén de situaciones es una constante. Es el caso de El Comunero, o la Lavandera.

Específicamente, el caso del Monumento al Mestizaje es la clara revelación de lo que esto significa. Inaugurado en 1978, y según Zaid Garcés, en el libro Neiva, Ciudad Histórica y Cultural, esta obra simboliza la unión de la raza indígena y española, es el abrazo del conquistador y colonizador con el indígena, que exhibe el fruto de la unión.

Esta aseveración puede considerarse contradictoria. Teniendo en cuenta lo que plantea Gabriela Galarza,  por sus implicaciones sociales, el mestizaje agudiza el racismo que comienza con la aparición de la esclavitud. “Los indígenas eran obligados a realizar los trabajos forzados, pues eran considerados inferiores a los blancos. El indio termina ineluctablemente por ser marginado, excluido o exterminado.”

Esta obra fue elaborada por el escultor bogotano Carlos Rojas Niño, un maestro en Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia, que llegó a Neiva como consecuencia de la persecución política contra la izquierda a final del siglo XX, era militante y activista del M-19. Rojas Niño fue un artista reacio a las formas costumbristas del arte, y en su paso por Neiva se negó a hacer cualquier tipo de exhibición artística. Se destacó como un gran dibujador y pintor, y fue el autor, además, de los monumentos a los enamorados y el toro de Corraleja, que se encuentran en la ciudad de Neiva.

Un monumento histórico

Miguel Polanía, pintor y escritor neivano, recuerda enfáticamente, que este monumento presenció y fue uno de los lugares en los que se daba la lucha entre la policía y el movimiento estudiantil neivano en la última década del siglo XX. “En tiempos de revuelta, este monumento era el lugar de llegada desde el que la policía respondía a las piedras que tiraban los estudiantes”. En esa época no existía aún el Parque Club del Norte, entonces los estudiantes se ubicaban en la cancha de cándido. Según Polanía, este monumento era un indicador. “Cuando la policía estaba detrás del monumento, en la zona hacia la que señalan el conquistador y el indígena, significaba que los estudiantes habían logrado sacarlos de la zona. Por el contrario, cuando lograban avanzar hacia el norte de la ubicación del monumento, significaba que a los estudiantes les tocaba huir.

El Monumento al Mestizaje

Este monumento, también tiene una implicación social histórica. Su ubicación y la dirección de la mirada de su composición, como el de La Cacica Gaitana, tienen un significado: se trata de una dirección visual hacia el sur, del departamento, el lugar desde el cuál se dio todo el movimiento histórico de resistencia indígena.

Al día de hoy, el Monumento al Mestizaje ha sido reubicado. Ha sido trasladado hacia las cercanías del Puente del Tizón, ubicado a la entrada de la ciudad de Neiva. Ha sido reubicado, pero se mantiene en la Comuna que lo vio llegar, lo vio acompañar la resistencia estudiantil, que ha visto cómo la ciudad pretende salir de un pasado que lo sigue atormentando en sus horas más silenciosas.

A Neiva la cuentan sus monumentos y sus estatuas también. Detrás de ellas se esconden significados regionales y culturales que tienen como finalidad la configuración del pensamiento surcolombiano, en el que, a pesar de la inconexión de su significado con el lugar en el que se encuentran, a través de ellos se cuenta la historia misma de la región.

El color del Monumento al Mestizaje