Angie Marcela Jiménez Perdomo tiene 18 años y un récord: es la primera huilense en marcar un gol profesional en la Liga Femenina de Fútbol. Pero sus méritos no terminan ahí. Nació en Gigante, Huila y ahora sueña con llegar a la Selección Colombia de Fútbol.

Por: Luis Carlos Prohaños

Sus ojos verdes cristalinos destellan mientras el sol se va retirando de la tarde y del estadio Guillermo Plazas Alcid. El Atlético Huila Femenino acaba de ganar su tercer partido en condición de local en el 2018 y Angie Jiménez cuenta su historia, por fuera de las rayas de cal.

Angie con apenas 18 años, ya tiene varios récords: es la primera jugadora nacida en el Huila que ha marcado un gol profesional en Colombia: lo hizo el año pasado ante el Cúcuta Deportivo, en el mes de mayo. También es una de las más jóvenes en debutar en el profesionalismo femenino. Lo hizo en 2017, con 17 años, también frente al Cúcuta Deportivo. Oficia de delantera, aunque también puede jugar como volante por afuera. Es muy veloz, su contextura física se lo permite y tiene una habilidad de regate importante para la posición en la que se desempeña, que combinada con la potencia, la convierte en una jugadora diferente y desequilibrante.

La figura y la firmeza de Angie Jimenez

Pero esos no son sus únicos méritos. Angie es natural del municipio de Gigante, Huila, y tiene muchos valores adheridos que la hacen una mujer única e importante en la región. Ser una de las pocas futbolistas nacidas en el departamento que ha llegado al profesionalismo, ganarse un lugar en un deporte en el que impera el machismo y una fuerza de voluntad tenaz que es la principal razón  de su persistencia y sus ganas de seguir e ir por más.

Angie ha dejado muchas cosas por el fútbol. Ha soltado, sin resignación ni mala actitud, con fe en su sueño. A su corta edad ha cambiado muchas rutinas que son comunes en esa etapa de la vida: la vida en familia, la cercanía de los amigos, etc. Angie ha dejado lejos a su familia y la extraña mucho, y dice que son ellos quienes la empujan para seguir hacia adelante y sostenerla en los momentos difíciles.Sin embargo, ni siquiera aparece por asomo una señal de queja o arrepentimiento.

En sí misma, Angie es una representación. Es una alegoría bien clara de una fuerza estampada: la de las mujeres de una región. Angie, con sus luchas y sus ganas, representa la revuelta permanente de un género que se niega al estado actual de las cosas, a la desigualdad social y al machismo imperante que las relega de su participación en muchas esferas de la sociedad. Además, está esforzándose en un entorno que no es del todo favorable para las que son nacidas en el departamento, puesto que hace parte de una plantilla en la que la mayor figuración la tienen las figuras nacionales y más o menos unas internacionales. Pero Angie está ahí.

Y Angie lo sabe. Porque lo repite y lo piensa: “Yo creo que es un orgullo y un sueño hecho realidad. Lo que nos identifica es ser futbolistas y ser femeninas. Es un deporte que nos gusta y vamos a seguir para adelante con esto. Todo el deporte va a ser para las mujeres, así sea el fútbol”.

Copia de Angie Jiménez de Luis Carlos Proaños

También dejó a sus amigos, y podría decirse que dejó una vida tras sí misma para venir a Neiva, cuando su equipo giganteño ganó el torneo departamental y ella quedó seleccionada para conformar el equipo profesional del Atlético Huila femenino en el 2017 cuando empezó la Liga Femenina de Fútbol Nacional en Colombia. Y ahora, mientras camina y sonríe de boca bien abierta, disfruta de una parte de su sueño cumplido y espera, con ansiedad y muchas ganas de presente, continuar en su sendero triunfante y en el sueño del que no quiere despertarse.

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Mientras sus compañeras se retiran, ella habla y ríe. Ríe mucho porque ya sufrió mucho. En este momento se encuentra en la mitad de la recuperación de su lesión: una afectación total del ligamento cruzado de su rodilla izquierda, pero sabe, porque se le nota en la actitud, que el tiempo y la adversidad son su vitamina para mantenerse de pie.