Un balance hecho durante el encuentro Internacional de Juventud y Comunicación realizado en la Universidad Surcolombiana arroja que en la actualidad muchos jóvenes han cambiado sus formas de crear vínculos y relacionarse con los demás y con su entorno, pasando de lo interpersonal a lo cibernético, con unos espacios importantes creados a partir de la existencia del internet.

Por: Luis Carlos Prohaños, periodista SuRegión

En un momento, los jóvenes se reunieron para hablar de cómo se comunican. Hablar de cómo hablan con los demás y con su entorno. Un ejercicio de evaluación y expresión necesario para poder comprender los procesos vinculantes que está llevando a cabo la generación juvenil, como un mapeo social y un ejercicio de catarsis para poder entender qué están haciendo, por qué lo están haciendo y cuáles son las consecuencias de estos procesos.

Es una realidad, los jóvenes han cambiado. Han promovido y experimentado una ruptura de costumbres y usos sociales de las distintas formas que tienen de existir. La comunicación ha sido uno de esos aspectos.

Esto dicen los jóvenes, desde su visión personal e individual de las formas de comunicarse entre sus contemporáneos:

En sus voces y sus declaraciones, traslucen varios asuntos y un problema: el aprovechamiento extensivo y cotidiano de las tecnologías de la comunicación como parte innegociable de su vida,  el uso de estas herramientas como una posibilidad para realizar conexiones sociales y comunicativas constantes con quienes se encuentran lejos; la aparición de nuevos elementos significantes que se han arraigado recientemente en la cotidianidad juvenil: el meme y los emojis, como resultado de lo anterior. María Elena Meneses, investigadora mexicana, reconoce a los memes como un fenómeno cultural: “Se trata de un producto cultural colaborativo y anónimo propio de la cibercultura”; y la pérdida progresiva de la comunicación interpersonal, cara a cara, y del contacto físico, pensado indispensable en otras épocas para llevar a cabo el ejercicio de comunicación. También se evidencia el relieve progresivo que tienen los asuntos artísticos para los jóvenes: un lugar de significados y resignificación, desde el cuál no solo se comunican, sino que participan en las dinámicas sociales de sus entornos.

Con lo expresado por los jóvenes, se evidencia la aparición de un nuevo mundo que alberga gran parte de sus expresiones: la red y lo cibernético. Celulares, computadores, tablets y dispositivos similares han asumido el espacio social y cultural de la expresión juvenil. Han tomado el lugar de escenario de vínculos y significaciones que antes tenían la calle, la mesa de la familia o la esquina del barrio. Esta generación de jóvenes ha sido trastocada indiscutiblemente por la sociedad red.

La investigación también coincide

Es lo que Germán Muñoz, investigador colombiano experto en temas juveniles, señala como uno de los escenarios de comunicación que son esenciales en la cotidianidad: las mediaciones (procesos y estructuras de interacción colectiva y de producción de significación social). Dicho de otra forma, los jóvenes han hecho de sus formas mediáticas de comunicarse, como las redes sociales, el lugar más común desde el cual expresarse y hablar con los demás.

En palabras de Muñoz se trata de: “modos de interacción que se promueven y se introducen en la cotidianidad de los usuarios. Tal vez el objeto cultural que ha adquirido recientemente carácter predominantemente juvenil es el celular, que es convergencia e interfaz, con internet”

Por su parte, Rosana Reguillo, evidencia que, en los jóvenes: “puede señalarse el crecimiento expansivo de las tecnologías de comunicación que, entre otras cosas, convierten al ciudadano de fin de milenio en un actor conectado a múltiples redes”.

El impacto

Los mismos jóvenes son conscientes de esta situación, ellos mismo hacen un análisis sobre las implicaciones que tienen estas formas de comunicarse, en la dinámica de socialización entre ellos mismos:

La red, la interconexión le ha arrebatado los lugares sociales al tiempo real. Los jóvenes son el ejemplo más evidente. Sin embargo, a partir de lo expuesto por ellos, desde sus visiones y hasta sus cuestionamientos, se puede deducir que algunos de ellos son realistas y muy críticos con estas situaciones. Y eso se puede entender como un paso hacia la no entrega total de su vida a una red que crece y crece, y se devora las costumbres a su paso.