A partir de los diez principios básicos sobre el uso ético de la IA, que aporta la Unesco, el XIII Foro Universitario de Ética inició con las palabras de apertura del docente Carlos Arnulfo Rojas Salazar, coordinador de este espacio académico: «con el de hoy, llevamos 13 foros en los que hemos abordado temáticas como el peligro de la construcción de discursos afectivos con vistas a manipular la opinión pública; la desafección política que amenaza a los estudiantes de la Universidad…las miradas  sobre la sexualidad que tienen los estudiantes de nuestra casa de estudios…», entre otras que afectan a la población universitaria surcolombiana.

A su vez, el Vicerrector de Investigación y Proyección Social de la USCO, Francisco Amórtegui, que se sumó a los saludos de bienvenida, aseguró que «para dentro de los próximos diez años la universidad, además de contemplar un comité de bioética, proyectará el desarrollo de otros comités por áreas de conocimiento y un recurso para poder formarnos en investigación desde la visión de la ética y la bioética».

Carlos Arnulfo Rojas Salazar, historiador, docente universitario y organizador del XIII Foro Universitario de Ética, Ágoras USCO. Imagen mejorada con IA

Joel Pinho Lucas, gerente técnico de producto del equipo de algoritmos de recomendación de Globo, grupo de medios de comunicación más grande de América Latina, dio apertura a las intervenciones con un esbozo histórico, político y social de lo que ha sido la IA en el mundo; «Alan Turing (1949) fue la primera persona en tener noción de lo que es la inteligencia artificial (IA) y fue muy importante en la Segunda Guerra Mundial. Éste propuso la imitación de un humano en una máquina, en aras de descifrar el código de guerra de los alemanes».

El brasilero, quien es es doctor en informática y automática de la Universidad de Salamanca, España, también rescató a la IA en campos como la medicina e investigación en biodiversidad, así como en el de las comunicaciones, y precisó que, «en cuanto a salud, hay detecciones de imágenes que ayudan a los médicos a hacer cirugías, y aplicaciones que nos ayudan en lo biológico y lo marino, como la profundidad del mar, poner un robot en lugares que el ser humano no puede llegar. Por otro lado, los editores pueden redactar las noticias con ayuda de la IA, pero igual deben existir directrices para que el contenido final sea como el de un ser humano».

 

La IA y la ética profesional

A propósito de formarnos para el uso de las Inteligencias Artificiales (IA) Néstor Daniel Ramírez, médico y magíster en bioética de la Universidad de la Sabana, cree que depende de aristas relevantes a las dinámicas humanas ya que «uno de los retos que tenemos es promover la formación para un adecuado consumo de estas herramientas digitales, ¿por qué?, hemos dicho toda la vida que la ciencia es neutra y digo que no, porque la ciencia ha sido utilizada por el hombre y éste no es neutro, así que lo que debemos hacer es formarnos en valores y principios, a pesar de que estos han ido variando». 

Tanto Juan Sebastián Silva como Mauro Barrios, del Programa de Derecho de la USCO, expusieron sus posturas. «En la actualidad estamos ante una revolución tecnológica e industrial, cuyo centro es el ordenador, que en menos de 80 años ha avanzado, ya que solo procesaba operaciones matemáticas», indicó Barrios, mientras que su colega en derecho cree que, «para mantener la vigencia del derecho de autor podría existir un sistema de doble rendija para la asignación justa de la propiedad, tomando fundamentos como la innovación en lugar de la mera creatividad. Primero la obra pasaría a revisión de un sistema experto que determine el porcentaje de coincidencia con patrones de IA y en segunda instancia, por medio de un panel aleatorio de curadores especializados en arte y cultura, se harían entrevistas y se analizarían tanto elementos objetivos técnicos como elementos subjetivos para decidir si se adjudica o no la propiedad, acreditando también aspectos como el proceso creativo, el aporte cultural, el propósito del autor etc».

En cuanto a marketing digital, Joel Pinho Lucas, sugiere que hay cosas que no se están creando sino que se repiten, como lo es la manipulación con el uso de la IA; «aunque hace falta regulación, en el marketing desde hace mucho se hace esto (manipular). Hoy en día tenemos mayor tecnología, de todas maneras depende de qué datos serán usados para hacer el marketing, datos que, claro, son requeridos en los nuevos emprendimientos. De igual manera es importante automatizar los procesos para ser un negocio más efectivo», resaltó.

Por otro lado, el doctor Néstor Ramírez, sostuvo la idea de que en el campo de la salud la IA le ha proporcionado significativos avances a la medicina, sin embargo, esta herramienta no nos puede alejar del criterio ético; «lo más importante es el juicio que cada quien haga, para mí está bien, por eso el esfuerzo que se debe hacer es promover un criterio individual, un juicio personal, a que no traguemos entero, pero la IA nos conoce tanto que nos envía mensajes capaces de persuadirnos, entonces depende de nosotros saber cómo manejamos la información”, complementó. 

Las conclusiones del foro estuvieron a cargo de Luis Carlos Rodríguez, filósofo y doctor en historia, quien cree que debemos «fijarnos en que si la IA se toma como herramienta o como fin, pues estamos permanentemente vigilados, ya que al hacer click en el móvil estamos dando datos, entonces el interés mayor es caracterizarnos y llevarnos a consumir contenidos. A lo anterior, se une la falta de regulación y la necesidad de hacer reflexión sobre como nos manipulan y nos controlan sin alejarnos de la parte ética».

Este es el aporte de la IA de WhatsApp, a la temática planteada dentro del XIII Foro sobre ética:

Ver transmisión XIII Foro de ética: Foro de Ética, Radio Universidad Surcolombiana, USCO