Por: John Jairo Trujillo Quintero*, Abogado. Magíster en Planificación Urbana y Regional.
La infraestructura es deficiente, la seguridad vial es escasa y la seguridad ciudadana es incierta. Neiva no es una ciudad caminable. La planeación urbana y las políticas públicas de la próxima administración municipal deben enfocarse en el diseño y construcción de andenes y corredores peatonales con infraestructura adecuada, seguridad vial, seguridad ciudadana, con condiciones de acceso al destino y comodidad. Sumado a ello, se deben construir corredores de sombra para los espacios peatonales a fin de contrarrestar las altas temperaturas, y un programa ambicioso de formación en cultura ciudadana que respete el peatón en la vía. Caminar la ciudad debe ser el principal fundamento conceptual de la política de movilidad en Neiva.
Cuando terminaba mi jornada de trabajo en el centro de Neiva, disfrutaba caminar la carrera quinta desde la calle séptima hasta el centro de convenciones José Eustasio Rivera. Este hábito me daba un espacio para organizar mis ideas, planear las tareas del día siguiente y saludar a algún amigo en el trayecto. Sin embargo, ciertos factores no permitían que la experiencia fuera por completo satisfactoria. La falta de cultura ciudadana de los conductores de vehículos, la invasión del espacio público por el comercio formal e informal y la carencia de infraestructura de sombra en determinados espacios, eran obstáculos constantes en esta rutina.
Caminar nuestras ciudades por placer, ejercicio o recreación genera múltiples beneficios. Podemos mejorar nuestra salud, es sostenible ambientalmente y descongestiona la movilidad urbana. El acceso a los corredores peatonales y andenes constituye un elemento central del acceso al espacio público. Existe un consenso en la literatura académica sobre la prelación del peatón y el ciclista sobre los otros medios de transporte, es decir, la infraestructura y la cultura ciudadana deben privilegiar estos medios de movilidad por encima del auto particular. Por lo tanto, surge la necesidad de garantizar un entorno construido para acceder caminando adecuadamente a puntos de trabajo, recreativos y de servicios en toda la ciudad.
Figura 1. Beneficios de la caminabilidad. Fuente: https://revistadearquitectura.ucatolica.edu.co/article/view/1884/2344
Existen unos factores que permiten a una ciudad ser caminable. En una estimación del índice de caminabilidad, un artículo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes, sintetiza en cinco los componentes claves de este índice: la infraestructura, la seguridad vial, la seguridad ciudadana, el acceso al destino y la comodidad[1]. En el estudio, que tomó como caso la ciudad de Bogotá D.C, se resaltó la relevancia del componente de la seguridad ciudadana en las ciudades de América Latina, además, de espacios peatonales iluminados y dispositivos de control de tráfico
En Neiva, la caminabilidad enfrenta diferentes problemas estructurales y de micro-escala. A nivel estructural tenemos corredores peatonales y andenes con limitaciones en sus posibilidades de uso. Los diseños residenciales con rejas que invaden el espacio de los andenes y rampas para parqueaderos que dificultan la circulación del peatón, generan que este deba acudir a la vía principal o moverse cuidadosamente para seguir caminando. En muchos tramos el corredor peatonal desaparece y es necesario compartir la vía con los vehículos, sin mencionar la complejidad de las personas en condición de discapacidad.
En el escenario de microescala tenemos una ciudad que culturalmente privilegia el medio de transporte motorizado en detrimento del peatón. Los peatones deben ceder el paso a los carros y motos en la intersección de los corredores peatonales con el carril para vehículos, con el peligro de quedar inmersos en un accidente tránsito o el insulto del conductor del automóvil. También representa una enorme limitación, la invasión de los corredores peatonales por ventas informales y el comercio formal, principalmente de venta de bebidas embriagantes que impiden la libre circulación de los peatones. Lo anterior se complejiza en una ciudad donde cada vez se ha vuelto más inseguro caminar en el espacio público, el cual es el escenario predilecto para la delincuencia.
Neiva no es una ciudad caminable. La infraestructura es deficiente, la seguridad vial es escasa y la seguridad ciudadana es incierta. La planeación urbana y las políticas públicas de la próxima administración municipal deben enfocarse en el diseño y construcción de andenes y corredores peatonales con infraestructura adecuada, seguridad vial, seguridad ciudadana, con condiciones de acceso al destino y comodidad. Sumado a ello, se deben construir corredores de sombra para los espacios peatonales a fin de contrarrestar las altas temperaturas, y un programa ambicioso de formación en cultura ciudadana que respete el peatón en la vía. Caminar la ciudad debe ser el principal fundamento conceptual de la política de movilidad en Neiva.
Carrera quinta entre calles 10 y 9 centro de Neiva . Fuente: https://colombianeivahuila.blogspot.com/2011/05/centro-de-neiva-huila-colombia.html
*John Jairo Trujillo Quintero. Abogado. Magíster en Planificación Urbana y Regional de la Universidad de los Andes. Ha sido asesor jurídico en la Alcaldía de Neiva, Consejo Nacional Electoral y en la Controlaría General de la República. Actualmente es asesor en Unidad de Trabajo Legislativo en la Cámara de Representantes.
[1] Castro Mesa, W. (2021). Metodología para la estimación del índice de caminabilidad a nivel ciudad y su aplicación al caso de estudio de Bogotá. Universidad de los Andes. Disponible en https://repositorio.uniandes.edu.co/handle/1992/53799