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Veredas en Pitalito llevan décadas esperando contar con agua potable

Habitantes de la vereda Betania, en Pitalito-Huila, no cuentan con servicio de agua potable, pese a sus esfuerzos de 18 años, siguen sin conseguir la instalación de un acueducto definitivo que subsane el problema de acceso al agua tratada, apta para el consumo humano. Esta problemática a afectado los habitantes de todos los estratos y edades, los niños, niñas y jóvenes que residen en este sector del valle de Laboyos, no son ajenos a esta problemática, puesto que, en medio de la vereda, se encuentran las instalaciones de la Institución Educativa Palmarito – Sede Betania, desde luego se encuentra igual que todas las viviendas de la zona, sin agua potable

Por: Paula Mercedes Alvarez Rivera, periodista de Suregión

La vereda Betania del corregimiento Palmarito, está ubicada en la parte alta de la zona rural al sur occidente del municipio de Pitalito-Huila, cuenta con 250 familias, las cuales durante 18 años han luchado por la construcción del acueducto veredal. Este también es propósito de varias veredas del municipio de Pitalito, que inexplicablemente y como un espejo del abandono estatal, parecieran estar condenados a la exclusión y al no acceso de agua potable.

Suregión conoció por relatos de los habitantes del lugar, que el proyecto de construcción de un acueducto para la vereda Betania, ha estado cuatro veces en manos de Aguas de Huila, sin que se materialice su ejecución; los líderes sociales de la región, le contaron a este medio, que nunca han recibido una respuesta positiva y contundente por parte de la compañía suministradora de agua, pues la respuesta es que el proyecto continua estancado, debido a “nueva administración, por falta de permisos ambientales, por el surgimiento de nuevos requisitos”… Para los pobladores se trata de excusas, mientras niños, jóvenes, mujeres, ancianos y comunidad en general, se exponen a la exposición a enfermedades derivadas del consumo del líquido color cobre con aspecto de lodo, al que acostumbraron a llamar ‘agua’.

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Mientras el proceso de adecuación de acueducto de la vereda permanece estancado, la comunidad Es tanto el anhelo de la comunidad con recursos propios ha gestionado y efectuado inversiones económicas para adelantar tres cartografías, una topografía y trámites administrativos ante la CAM y la Cámara de Comercio del Huila, sin embargo, no ha sido suficiente para encontrar una solución de fondo, ni apoyo convincente por parte de la alcaldía local.

 Acueducto improvisado por los habitantes de la vereda Betania, tomada por Paula Alvarez.

El pasado 08 de octubre del 2021 la Gobernación del Huila en cabeza del Ingeniero, Luis Enrique Dussán López, a través de Aguas del Huila, y el Municipio de Pitalito, en representación del mandatario local, Edgar Muñoz Torres firmaron un convenio para realizar los estudios y diseños, que permitirían la construcción de acueductos veredales en Betania y San Martin – corregimiento de Palmarito-, y seis veredas del Corregimiento Criollo, en el Valle de Laboyos. Según Genaro Lozada Mendieta, en ese entonces gerente de de Aguas del Huila,  “Gracias a un convenio, que suscribió Aguas del Huila, con el municipio de Pitalito, damos este primer paso, en la búsqueda, de encontrar una solución de suministro de Agua Potable, a por lo menos 300 familias de éste sector, una necesidad que por muchos años se ha esperado, y que esperamos, una vez consolidados, los estudios y diseños hacer la gestión de los recursos ante las diferentes entidades, para poder ejecutar éste gran proyecto”. Las palabras del líder político y entonces gerente de Aguas del Huila, no se han consolidado pues, pasados dos años no se han observado avances en la construcción del acueducto veredal, por lo que la comunidad sigue consumiendo agua de pozos artesanales y de sistemas de recolección de aguas lluvias.

Recoleccion de agua lluvia vereda Betania, tomada por Paula Alvarez.

Poseta de agua vereda Betania, tomada por Paula Alvarez.

En medio del olvido estatal que deben enfrentar los pobladores de Betania, existe una preocupación especial por la salud y el bienestar de los niños, niñas y jóvenes que acuden regularmente a la Institución Educativa Palmarito-Sede Betania, quienes en medio de sus actividades escolares, deben consumir esta agua que no es potable y que los pone en inminente riesgo de contraer enfermedades que impactan de forma grave su crecimiento y desarrollo. La vereda, desde hace más de medio siglo no ofrece agua potable para los niños y niñas del territorio dentro de las instalaciones de la escuela, así lo asegura Fernando Rivera Rojas oriundo de la vereda, quien afirma: “nacido y criado en la vereda Betania, tengo 73 años, fui uno de los primeros en ir a la escuela, hice primero de 7 años, en ese entonces solo había un profesor. Nosotros para tener agua nos tocaba ir a traer de la casa de los vecinos los estudiantes íbamos y traíamos en ollas 40 le poníamos un palo y entre dos no la echábamos al hombro, eran como 200 metros de distancia así fue todo mi estudio, llegue hasta el grado tercero. Ya después seguí mirando como subían la agüita en palo junto con las ollitas, con el tiempo una familia dio el nacedero de agua, se compró manguera y se puso el agua para la escuela, pero eso en verano se nos seca y es un bregadero ”.

Entrevista con Fernando Rivera Rojas, poblador de la vereda Betania-Pitalito

La institución ha ido avanzando en infraestructura, aumentó la cantidad de salones, número de estudiantes y profesores, en 2011 inicio incorporó nivel básico secundario y educación media, actualmente tiene 175 estudiantes. Suregión pudo constatar que actualmente el agua de la institución, se extrae de un pozo ubicado a 2.000 metros del centro educativo y es conducida a través de una manguera que conecta con un tanque de almacenamiento. Todo este proceso es básico y no representa un manejo adecuado del agua, ni tratamientos que permitan que el líquido sea potable y/o apto para el consumo de los estudiantes del plantel educativo.

Por otro lado, en temporadas de sequía se agota el agua del afluente ¡que surte el colegio!, por lo tanto, es usual que los directivos, maestros y padres de familia realicen peticiones al cuerpo de bomberos de Pitalito, para que a través de sus carros, lleven agua al platel educativo y así se puedan mantener las condiciones mínimas de salubridad – es necesario señalar que el carro de bomberos va una vez por semana, en época de sequía-. Carolina Parra Zapata, docente de la institución afirma que “El agua la captamos de una poseta que queda arriba por los lados de Lusitania, la traemos a través de manguera, no es agua potable apta para el consumo humano. También corremos con la desventaja que los vecinos por los escases del fluido la desvían, por lo tanto, no alcanza a llegar, la poseta no se alcanza a llenar en esta temporada de sequía. Tenemos un proyecto que queremos ejecutar, se trata de la recolección de aguas lluvias y si no se puede volver potable que nos sirva para el lavado de los baños, sin embargo, eso está ahí en el tintero porque el techo también está que se cae y no creo que aguante los canales. Esta problemática siempre ha estado, yo llegue hace 12 años y no se ha podido dar solución.

Entrevista con Carolina Parra Zapata, docente de la Institución Educativa Palmarito

Las palabras de esta maestra contrastan con las que suele enunciar el señor Secretario de Educación, quien en múltiples espacios suele hablar con seguridad y señalar con firmeza que Pitalito tiene la mejor educación del Huila y una de las mejores del país, y así lo señalan los resultados que obtienen algunas instituciones del municipio en las pruebas estandarizadas del ICFES; sin embargo, los habitantes de este territorio le exige al secretario de educación, el alcalde, gobernador, las autoridades locales y regionales, que entiendan que la verdadera calidad educativa consiste en brindar condiciones dignas y de acceso a los servicios básicos – entre ellos el agua- a los niños, niñas y jóvenes.

La comunidad de la vereda de Betania en Pitalito-Huila, seguirá a la espera de una pronta solución y exige que el acceso al agua potable, deje de ser una promesa gastada de políticos y politiqueros. Para que los pozos artesanales, las mangueras y las visitas esporádicas del carro de bomberos, se cambien por la materialización de un acueducto veredal.

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