Por: Hernán Francisco Basto, periodista Suregión
Atlético Huila cayó 1-0 en su visita a Jaguares de Córdoba, en el juego válido por la fecha 20 de la Liga Águila II, realizado en la ciudad de Montería. El conjunto opita estaba obligado a ganar y esperar que Unión Magdalena no sumara 3 puntos para mantenerse en la Liga Aguila. Los dirigidos por Dayron Pérez no lograron el objetivo y jugarán el Torneo Águila, de la categoría B del fútbol profesional colombiano, el próximo año.
A las 5:20 p.m. rodó la pelota en el estadio Jaraguay y el equipo auriverde volvió a cometer los mismos errores que lo terminaron condenando al infierno. Durante la primera parte, hubo buen manejo de pelota, circulación entre los volantes y defensores, sin embargo nunca se logró generar una ocasión clara de gol que ilusionara al hincha. Por el contrario, el caos defensivo dejó en evidencia un club desequilibrado, algo fatal si se quiere triunfar en éste deporte. El trámite del juego le permitió a Jaguares aproximarse con serio peligro, dejando a Geovany Banguera como figura de los primeros 45 minutos; y como si fuera poco, cuando solo faltaba un minuto para concluir la parte inicial, Geovan Montes lanzó un manotazo al rostro del jugador de Jaguares y vió la tarjeta roja: a partir de ese momento, el Huila tuvo que remar con diez hombres.
El segundo tiempo arrancó con la misma tónica. Fútbol horizontal por parte de los dos equipos sin generar acciones en los arcos. Y aunque se conocía el resultado parcial de Manizales, entre Once Caldas y Unión Magdalena, el cuadro opita no demostraba mejoría, ni en lo futbolístico, ni en lo anímico. Pasaron los minutos y Atlético Huila no encontraba el camino que le permitiera el tan anhelado gol de la salvación. Y como dice el conocido refrán, «al caído, caerle«: una nueva expulsión terminó definitivamente con las ilusiones del elenco opita. En el Minuto 69′, Banguera salió de su área a cortar un pase en profundidad. Sin embargo, llegó tarde al corte y derribó al atacante en el borde de las dieciséis con cincuenta: tiro libre para Jaguares y roja para el portero. Ocho minutos más tarde, un baldado de agua fría hundió definitivamente los ánimos de los jugadores: centro al área, cabezazo en las cinco con cincuenta, rechaza el portero Mosquera y García, delantero de Jaguares, captura el rebote, la empuja y sepulta al equipo de Neiva.
Tras el gol el Atlético Huila buscó generar fútbol con Amaya, quizás el jugador más incisivo en ataque, aunque con poca claridad y profundidad de campo. Pero ya no había tiempo; el árbitro marcó el final y los opitas oficialmente habían descendido a la segunda división, lo que no sucedía desde 1997.
Ahora Atlético Huila y Unión Magdalena, recién llegados a la segunda división, lucharán en el torneo de ascenso del próximo año,buscando regresar a la primera división y de esa forma fortalecer un proyecto deportivo que los consolide en la máxima división del fútbol profesional colombiano.
Fotografía tomada de co.marca.com