El calor del clima neivano atizó el fogón de la olla del sancocho; este era ambientado tanto por la tertulia de los surcolombianos en las Ágoras, como por los recién graduados, acompañados de sus familiares con diplomas en las manos y caras de orgullo, quienes se encontraban al fondo del mismo escenario. Todos coincidieron en la USCO con las tiendas de la cuarta versión del Festival Cultural, Popular, Campesino Surcolombiano Mercausco, Tejiendo paces desde el Sur.
Por Katherine Cruz, apoyo del área de comunicaciones del proyecto Agenda Social Regional.
El festival, con una programación de tres días, se realizó el 17 y 18 de abril, mientras que lo organizado para el 19 fue aplazado debido al día cívico nacional. Las actividades de este último día se llevaron a cabo el 29 del mismo mes. Una de ellas era el conservatorio ¿Y lo académico y la democracia universitaria qué?, el cual fue moderado por la politóloga y docente, Astrid Xiomara Flórez.
Conversatorio en las ágoras, preparación de la olla comunitaria y ágoras USCO. Fotos de Katherine Cruz.
Los panelistas invitados fueron: Nidia Guzmán, en calidad de rectora de la Universidad Surcolombiana; Eduardo Bautista, como vicerrector financiero y administrativo; María Fernanda Jaime Osorio, quien se desempeña como vicerrectora académica; Norma Guarnizo, quien funge como directora de la Oficina de Planeación; Abel Sepúlveda, representante del presidente en el Consejo Superior Universitario; y un miembro del estamento estudiantil y otro del profesorado.
Pese a que los panelistas ofrecieron un tiempo de espera a los administrativos, estos finalmente no arribaron a la mesa. Uno de los participantes llegó a afirmar en el desarrollo del conservatorio: «Estamos en el panel de las sillas vacías«.
Diego Fernando Pérez, miembro del Departamento de Psicopedagogía, saludó y manifestó que, si bien se entienden las ocupaciones y compromisos contractuales de los administrativos, también es necesaria su presencia en las discusiones sobre la universidad. Deberían estar “dando la cara a la universidad y no vendiendo humo, ríos de leche y miel”. Agregó que, se está promoviendo una imagen de la Universidad Surcolombiana que no refleja sus realidades y necesidades.
La U, escenario de construcción de vida en colectivo y realización de proyectos personales
Iniciado el panel, Astrid Flórez llamó a pensar la Universidad como bien común y planteó la necesidad de discutir sobre cómo recuperar espacios de diálogo colectivo; añadió que es deber de todos cambiar el horizonte corporativo del conocimiento.
Así las cosas, la desvalorización del trabajo docente, la perdida de autonomía en las agendas de investigación, el sentido del derecho a la educación sobre las necesidades de mercado y la jerarquización de facultades en la asignación de presupuestos, fueron los ejes principales de la discusión.
‘Sin profes no hay avance científico’
La moderadora abrió la primera ronda de intervenciones contextualizando las condiciones laborales y salariales que enfrenta el estamento profesoral. Hernando Gutiérrez, docente y presidente del sindicato ASPU‑Huila, subrayó que estos encuentros motivan, provocan e inquietan a la comunidad universitaria, pues las discusiones complementan la formación académica, es decir, ayudan a hacer una lectura de la realidad que no puede quedarse en el ejercicio intelectual, sino que debe materializarse y llevarse a la práctica.
Gutiérrez instó en la formación de una mesa de concertación entre profesores y la administración, con el objetivo de corregir la vinculación laboral de algunos docentes. Señaló que, aproximadamente el 70% de la planta docente está adscrita de forma temporal. Según este directivo sindical, se están nombrando profesores como catedráticos, ocasionales e invitados, designaciones que atropellan y discriminan su condición laboral en relación con los de planta.
Al respecto Diego Pérez argumentó que la Universidad está basando su funcionamiento en la venta de servicios académicos; un panorama en el que los docentes son obreros que producen cartones para profesionales sin visión de inserción en el mercado laboral. Agregó que se debe evaluar la pertinencia de los programas académicos, teniendo en cuenta la demanda laboral y las posibilidades que tengan los egresados de ejercer su profesión.
Faruk Osorio, representante de los estudiantes y líder de los chaceros (vendedores en las casetas ubicadas en la universidad), manifestó que es necesario fortalecer el inventario de herramientas, así como la infraestructura de la universidad para que se adecuen las aulas, pensando más en el bienestar del estudiantado y profesorado, como también en el verdadero sentido de una educación de calidad.
Una ‘torpeza’ administrativa ¿o sanción millonaria?
Gabriel Realpe Benavides, presidente del sindicato SINPROUSCO, afirmó que dentro de la institución se presentan dinámicas de politización, donde los recursos y contratos son utilizados para pagar favores, amedrentar, limitar y controlar al personal docente.
Benavides, también afirmó que las falencias de garantías laborales le puede acarrear a la universidad una sanción económica; pues, las figuras de contratación temporal, como ocasionales y visitantes, fueron creadas de forma transitoria, en tanto la universidad formalizaba la planta docente; sin embargo, a estas figuras se les ha dado un mal uso, llegando a desconocer el derecho a la igualdad de las personas contratadas bajo sus modalidades.
por su parte Piero Silva Arce, docente del programa de Ciencia Política, encaminó su reflexión al rol que cumple el personal docente en los procesos académicos. Señaló que la precarización evita que los docentes se puedan vincular de lleno al Alma Mater. Al finalizar el periodo de clases, también termina el contrato laboral de cerca del 70% del profesorado, quedando un vacío en los programas académicos cada semestre, sobre todo en las labores de proyección social, así como en los proyectos de investigación, que quedan a la deriva.
Silva Arce concluyó que, esto no ha permitido que la UCO avance en términos científicos. Además que, también limita a los docentes a participar en espacios de discusión y construcción de democracia.
Conversatorio en las ágoras, mercado campesino Mercausco y olla comunitaria. Fotos de Katherine Cruz.
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