Desde el SurPaz y Postacuerdo

“La guerra ya tuvo su oportunidad y nadie la acogió”: Javier Papamija

En el centro poblado de San Adolfo, en el municipio de Acevedo, se realizó el pasado 17 de septiembre una jornada de reconciliación denominada  «Construyendo caminos de dignificación y no repetición».  Con la participación de  familiares de las víctimas del conflicto armado y firmantes del acuerdo de paz, el encuentro fue la ocasión para un reconocimiento público de culpabilidad y un acto de perdón que servirá de ejemplo de reparación. 

Por Katherine Cruz, periodista de Su Región

El municipio de Acevedo, ubicado al sur del departamento del Huila, fue uno de los puntos de mayor afectación durante el conflicto armado entre el Estado y la extinta guerrilla de las FARC. Según datos consignados en  la política pública de víctimas del conflicto armado, para la vigencia 2016-2025, en el Huila existen 15.223 víctimas del conflicto armado, de las cuales 640 pertenecen al municipio de Acevedo; es decir, un 4% del total.  En este mismo documento se menciona que de las víctimas del Huila, un 83% corresponden a homicidios. Las restantes se clasifican de la siguiente forma :  lesiones personales 5%, secuestro 6%, desaparición forzada 4%. 

Por su parte, en el Registro Ünico de la Unidad Nacional de Víctimas, existen 6.674 registros de personas que fueron afectadas por el conflicto armado en el municipio de Acevedo, de las cuales 5.968 son víctimas sujetas de atención y 748 se encuentran muertas o desaparecidas.

En este documento, que establece una política pública de atención y reparación a las víctimas del municipio de Acevedo,“de acuerdo a la información de las personas que reconocen alguna pertenencia étnica, la situación es la siguiente: ninguna 5135, indígena 72, negro (a) afrocolombiano(a) 34, gitano (a) ROM 33 y raizal del archipiélago de San Andrés y providencia 4. Según la clasificación por género, encontramos que de los reportados como víctimas en el municipio de Acevedo, 2.692 son hombres y 2.548 mujeres. En cuanto a la situación de discapacidad se reportan 80 personas con alguna afectación.

La Comisión de la Verdad es una “entidad de Estado que busca el esclarecimiento de los patrones y causas explicativas del conflicto armado interno que satisfaga el derecho de las víctimas y de la sociedad a la verdad, promueva el reconocimiento de lo sucedido, la convivencia en los territorios y contribuya a sentar las bases para la no repetición, mediante un proceso de participación amplio y plural para la construcción de una paz estable y duradera”. Esta entidad fue creada en el marco del acuerdo de paz con las Farc-ep, que busca la terminación del conflicto armado entre el Gobierno Nacional y la extinta guerrilla, y como parte de este proceso se buscó la reparación integral a las víctimas.

En este marco de ideas la Comisión de la Verdad ha adelantado un proceso desde hace 20 meses con las familias y los firmantes del acuerdo de paz en el corregimiento de San Adolfo, este proceso lleva por nombre “Construyendo caminos de dignificación y no repetición en el corregimiento de San Adolfo, municipio de Acevedo, Huila”, el cual culminó con un solemne acto de reconciliación, reconocimiento, dignificación y homenaje a las víctimas en el centro poblado del corregimiento. Allí los excombatientes reconocieron su responsabilidad en las dos tomas guerrilleras acaecidas en los años 1987 y 2001, así como el asesinato de un candidato a la alcaldía de Acevedo, y los asesinatos de líderes sociales como Alcibíades Papamija, Wilson Facundo, Jesús María Silva Rojas y de la inspectora de policía María del Socorro Álzate.

Los habitantes del corregimiento de San Adolfo, 34 años después de la primera toma guerrillera del municipio y 20 años después de padecer la misma barbarie, recuerdan a sus seres queridos con dolor, aunque esto no es un impedimento para avanzar en el proceso de reparación integral y búsqueda de la verdad que se ha adelantado en este centro poblado.

Martin Sjögren, consejero de la embajada de Suecia, en su intervención durante el acto público en Acevedo destacó este tipo de eventos y resaltó el compromiso de los acevedunos: “quiero resaltar la disposición y la valentía con que los firmantes se han embarcado en diversas acciones de reparación y la nobleza con la que los habitantes de San Adolfo han aceptado participar en estos proyectos conjuntos”. Por su parte la Coordinadora macroterritorial centroandina de la Comisión de la Verdad, Martha Obregón, destacó que “el reconocimiento de lo que pasó en más de medio siglo de enfrentamiento armado en nuestros territorios es esencial para aprender a convivir en medio de las diferencias, para que la democracia  se profundice y nunca más las armas sean un recurso”.

En las intervenciones se evidenciaron las afectaciones que tuvo el corregimiento, no solo a causa de las víctimas mortales, los desplazamientos forzados o las dos tomas guerrilleras de las que fue víctima, pues como lo mencionó Nur Collazos Silva, víctima de la toma guerrillera de 1987, “la guerra nos dejó desvalorización de las tierras, desplazamientos masivos, estigmatización, miedo, zozobra, silencio, afectaciones psicológicas, normalización de la muerte y pérdida de la palabra, así como la denominación de zona roja, el lugar adonde nadie quería venir, mucho menos invertir”. Por otro lado, Javier Papamija, hijo de Alcibíades Papamija, asesinado por la guerrilla en 2003, hizo un llamado a la paz y reconciliación, pues según su visión, “hoy le decimos a San Adolfo y a sus líderes que no queremos más noches horribles, más muertes. Esto es una muestra de que la guerra ya tuvo su oportunidad y que nadie la acogió. Demos la oportunidad a la paz, a la reconciliación”. Su sentido testimonio, es  un llamado a avanzar en el proceso que se propone finiquitar el conflicto armado colombiano y cicatrizar las heridas de la confrontación. 

En este orden de ideas, los firmantes del acuerdo de paz en sus intervenciones hicieron un llamado a la solución de conflictos, a la paz y a la reflexión acerca de los daños que causa el conflicto armado. Fabián Ramírez, firmante del acuerdo de paz, dijo “reconocemos que las tomas de esta naturaleza destruyeron familias, patrimonios, turismo, la economía y marcaron una fuerte estigmatización en las personas y el territorio”. Asimismo Willington Quiroz señaló : “quiero enviar un mensaje a las futuras generaciones: no cometan los mismos errores que cometimos nosotros los adultos, la violencia y el conflicto solamente deja dos cosas muy trágicas, destrucción y muerte”. Finalmente, Nidia Guzmán expresó que “la guerra que hemos vivido entre hermanos por más de 50 años no debe volver a suceder en Colombia, por eso firmamos el acuerdo de Paz” 

Share
Avatar

Katherine Cruz

Comunicadora social y periodista. Apoyo profesional en comunicaciones del Proyecto Agenda Social Regional.

Comentários no Facebook