Personal de la salud en Pitalito y San Agustin afronta altos riesgos para salvar las vidas de los pacientes de Covid-19
Por: Alejandra Zúñiga y Carlos Motta, Periodistas de Suregion.com en Pitalito.
La pandemia del COVID-19 puso a prueba el sistema de salud colombiano y desnudó la carencia de implementos de atención al paciente y de medidas de protección para el personal de salud. En once meses de pandemia, el Instituto Nacional de Salud (INS) en su boletín N.° 64 del 11 de febrero, confirmó el contagio de 42.177 trabajadores de salud, de los cuales 208 han fallecido a causa del virus y la falta de implementos de protección. En este reportaje se resalta la labor abnegada de los trabajadores de la salud en el Municipio de Pitalito durante la pandemia, y también los lectores conocerán la historia de un comerciante Laboyano que refleja la lucha diaria tras la pandemia.
“Cuando llego a mi casa, lo primero que hago es quitarme los zapatos y el vestuario con el que estuve laborando, no puedo saludar a mi hija Gabriela de 6 años que siempre sale corriendo a abrazarme y tengo que decirle que no, que espere mientras me baño, y después sí puedo integrarme con ella y con el resto de mi familia”, relató a Suregión Karen Julieth Villarreal, joven auxiliar de enfermería que trabaja en la clínica Medilaser, unidad de UCI adultos, en las instalaciones del Hospital San Antonio de Pitalito. “No saludar a mi hija al llegar a casa es uno de los factores más difíciles de la profesión que elegí, mi mayor satisfacción es lograr ayudar a mi país con los problemas de salud en esta crísis humanitaria”. De igual forma, manifestó que la protección que usan – suministrada por la Clínica Medilaser- puede ser solo un 60% segura frente al Covid-19.
“Seguí trabajando tras la pandemia, porque no hay más garantías; porque no nos van a pagar por quedarnos en casa, como lo hacen otros países. Claro que hay miedo, existe el temor al llegar a casa y no saber si soy portadora o no y si hay riesgo de contagiar a mis sobrinos de 6 y 3 años”, narró Yuriam Ramirez, Jefe de Enfermería del hospital San Antonio de Pitalito.
Cuando se le preguntó si tenía miedo, miró con una sonrisa inquietante y dijo: «tengo dos sobrinos»… hizo una pausa, la pregunta se respondió sola. Ramírez le contó a Suregión que siente impotencia al saber que ella se está cuidando, que cumple con todas las medidas de bioseguridad, pero que cuando sale a la calle mira a personas que no usan tapaboca o no hacen uso correcto del mismo. “Las personas creen que es una broma, pero en este momento ya la autoprotección debería ser parte de nuestro estilo de vida.Yo me cuido en mi trabajo para poder mitigar el riesgo y es lo mínimo que el resto de las personas debe hacer, por todo el personal de salud que pone su vida en riesgo por salvar otras vidas”.
Wilmar Zúñiga, médico general, también habló a Suregión sobre el cuidado personal y el que se brinda en el hospital. “Los elementos de protección que usa el personal de salud en el área de urgencias son: tapabocas, gorro, careta o monogafas, bata, polainas y pantalón desechables. Y durante la consulta externa se hace uso de tapabocas y bata. El lavado de manos o desinfección, debe ser constante, tanto por el cuidado del personal de salud, para evitar propagar el virus, como por el propio paciente”.
Zúñiga indica que el Hospital Arsenio Repiso Vanegas, de San Agustín, siempre se ha interesado en brindar protección, bienestar y asegurar la salud de sus empleados y usuarios. Con la llegada de la pandemia se asignó una área exclusiva para atender pacientes sintomáticos respiratorios. Se han brindado los elementos de protección personal para todo el equipo médico , de enfermería y demás equipo asistencial. Además, se han generado programas de atención en casa a pacientes crónicos para evitar la exposición de estos pacientes. También, se han realizado capacitaciones permanentes al equipo de salud de la ESE respecto a temas de la pandemia.
Zúñiga lleva la simpatía en la sangre, igual que el amor por su profesión. Habla con propiedad y esboza una sonrisa detrás de su tapabocas, recuerda cómo era laborar en días sin pandemia, saludar a sus pacientes con un apretón de manos, despedirlos con una sonrisa; ahora ya no pueden hacer esos gestos de simpatía y , al igual que sus compañeros, detrás de sus trajes, dan la lucha para salvar vidas amenazadas por el COVID-19.
El personal vinculado a la ESE Hospital Arsenio Repizo Vanejas, atiende rigurosamente los lineamientos del Ministerio de Salud, que se ajustan a la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), manifestó la gerente del mencionado hospital, Ingrid Ortiz. Además, todo elemento de protección personal está diseñado y adaptado para minimizar el impacto o exposición a un factor de riesgo, pero no es infalible, el elemento de protección personal es una barrera que reduce el contagio, resaltó Ortiz. Desde el inicio de la emergencia sanitaria la gerencia de la ESE, en conjunto con su grupo de apoyo, ha diseñado e implementado un Plan de Contingencias específico: se cuenta con un parque automotor y personal capacitado para remisión de pacientes a otros niveles de complejidad que no se manejan en el Municipio, se cuenta con un programa de capacitación permanente al personal, especialmente sobre nuevas normas del Gobierno Nacional en cuanto a manejo y atención de usuarios sospechosos o confirmados por contagio. Asimismo, se mantiene comunicación permanente con las Secretarías de Salud Local y Departamental, atendiendo las circulares, decretos y auditorías realizadas por estos entes de control”, concluyó la Gerente del Hospital Arsenio Repizo Vanegas, desde San Agustín.

Cabe resaltar que este hospital es de primer nivel, recibe a los pacientes, se les hace el debido seguimiento, como prueba Covid y valoración de síntomas al paciente. Si sus condiciones de salud no son las adecuadas para tratarlo en primer nivel o en casa, se hace la remisión para enviarlo a segundo nivel, donde su valoración es más efectiva. En este caso el hospital San Antonio de Pitalito, el cual se suma a las gestiones de equipos biomédicos para la atención de la población afectada por Covid-19, puso en funcionamiento el pasado 25 de enero de 2021 la “Central de Monitoreo” en las áreas de UCI Expansión.
Lea el informe completo en: https://www.hospitalpitalito.gov.co/noticias2/773-nuevacentraldemonitoreoenlauciexpansion
La pandemia de las necesidades
Simultámente, los comerciantes también dan la pelea para combatir el virus. la necesidad es más fuerte que el miedo a contagiarse. El hambre, las facturas, el arriendo y los bancos no dan espera y necesitan trabajar para sobrellevar las deudas, en una lucha diaria que viven muchos ciudadanos del común. Don José Omar es un reconocido comerciante del Valle de Laboyos, ha trabajado por más de 20 años en las calles de Pitalito.
¿Quién llega a Pitalito y no se come una arepa, un chorizo, o un suizo en seguida de la torre de San Antonio?. Este humilde comerciante trabaja en lo que salga, no le ve problema a eso, actualmente vende mango con sal, y chontaduro en dos presentaciones, con miel y en jugo.
Don Omar, en compañía de su mujer, se encargan de ambientar las noches laboyanas con sus historias y sus chistes, mientras los comensales degustan una deliciosa comida. La llegada de la pandemia ha afectado la economía familiar que se sostenía con las ventas del día a día. El inicio de la cuarentena provocó que Don José se dirigiera al municipio de Tarqui, Huila, para aprovechar la cosecha cafetera y desde allí lograr enviarle dinero a su señora. Con el levantamiento de la cuarentena, la pareja de comerciantes regresó a las calles.Con la llamada «nueva normalidad» se hicieron obligatorios los implementos de bioseguridad, como lo son: el overol antifluidos, tapabocas y/o caretas, gel antibacterial y alcohol. “Con la mujer nos fuimos para la capacitación que nos dio la alcaldía y así volvimos a salir”, le comentó el vendedor a los periodistas de Suregión.
Los protocolos de seguridad los tienen que comprar ellos con la plata de sus bolsillos, quien no cumpla con las exigencias, la Alcaldía Municipal recoge su mercancía y les decomisa sus carros de trabajo. Para que el permiso de trabajo sea otorgado por la Alcaldía se debe cumplir al pie de la letra con los mencionados protocolos. Al igual que don José Omar hay una cantidad innumerable de comerciantes en Pitalito que se esfuerzan día a día por mantener su actividad económica atendiendo a los cuidados para sí mismos y para su clientela que demanda la pandemia.
Actualidad y análisis de contagios en Pitalito
Según el Boletín Epidemiológico de la Alcaldía de Pitalito, el incremento de contagios entre enero del presente año y el pasado 12 de febrero, es de 750 nuevos casos de Covid, 565 en la zona urbana y 185 en la zona rural. Las anteriores cifras constatan que las festividades de fin de año y la integración de las familias laboyanas, le dieron rienda suelta a la propagación del virus, lo cual obligó a los entes gubernamentales a tomar decisiones más rigurosas, como el toque de queda a partir de las ocho de la noche y hasta las cinco de la mañana y la implementación del pico y cédula.
El Instituto Nacional de Salud (INS) , en su boletín N.° 63 del 31 de enero de 2021, confirmó el contagio a nivel nacional por COVID-19 de 36.211 trabajadores de la salud, de los cuales 197 han fallecido a causa del virus en diferentes regiones del país y 34.823 se han recuperado.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria, en marzo de 2020, la Gerencia del Hspital Arsenio Repizo Vanegas, en conjunto con su grupo de apoyo ha diseñado e implementado un plan de contingencias específico para atender la emergencia sanitaria por COVID-19, el cual contiene los protocolos de bioseguridad para garantizar la prevención de contagio y propagación de este virus, señaló la gerente Ortiz.
Dadas las cifras estadísticas de mortalidad del personal sanitario y su probado compromiso con la comunidad, lo mínimo que las personas del común debemos hacer, es utilizar adecuadamente los elementos de bioseguridad, evitar aglomeraciones y mantener el distanciamiento social recomendado por las autoridades.