
Cuando migran los sueños
Solemos irnos, y no por placer. Algunos con la maleta empacada por el amor de mamá, pesada no por las cosas, sino con el gran sueño de estudiar que es mas grande que el miedo. Esta columna la escribo desde una habitación de la cuidad de Neiva, para expresar la nostalgia del campo y la lucha diaria de alcanzar un sueño.